A pesar de su poca dificultad cargamos con cuerda, arnés y material de seguridad, nunca se sabe lo que te puedes encontrar. Para su acceso hay que adentrarse al valle primero por las pistas, pero poco rato la verdad, en seguida hay que salirse hacia el barrando que va a los ibones del Anayet. Tampoco hay que seguir mucho este camino ya que a los pocos minutos hay que girar a la izquierda para afrontar una pared con bastante pendiente que nos dejara directos en la base del corredor.
 |
| Palas empinadas |
Esta pared presenta nieve muy dura e inclinación, con lo que tanto Alberto como yo no dudamos en quitarnos los esquís y ponernos los crampones, Jesús los lleva puestos desde hace rato. Se va ganando desnivel rápidamente por estas pendientes sin descanso.
Se llega a un tramo donde la pendiente disminuye pero no tarda en empinarse otra vez y se sigue por una canalilla a la izquierda que te deja en un gran circo y donde aun cuesta apreciar donde se sitúa el corredor (también se podía subir por la canalilla de la derecha).
 |
| Afloja un poco la pendiente pero sigue |
Una vez allí hay que girar a la derecha y seguir ganando desnivel hasta que finalmente se puede apreciar su base (esta a la derecha de unas "cascadas" de hielo...en este caso chupones de hielo característicos).
 |
| Ya se puede apreciar la base del corredor |
Ponemos arnés por si las moscas y vamos sin cuerda los tres juntos. Es un corredor bastante corto y a la vez bonito. A pesar de tener la estación cerca está tan arrinconado que no tenemos un paisaje estropeado por la muchedrumbe, de hecho no hay ni un alma a nuestro alrededor.
 |
| Comenzando el corredor |
 |
| Bien arropada |
 |
| Superado más de la mitad |
 |
| La cornisa puñetera |
Seguimos ascendiendo por nieve blanda (no hemos madrugado mucho la verdad, jeje) y finalmente superamos la parte final todo recto entre unas rocas, ya que hay una corniseta un poco puñetera.
 |
| Todo recto entre las rocas |
 |
| Superando el paso estrecho antes de la cima |
Hace un día esplendido y nos permite disfrutar de esta cima sorprendentemente solitaria. Telera, pala de ip, punta Escarra...menudas vistas, aunque diré siempre lo mismo cada vez que llego a una cima, jeje.
 |
| Cima |
 |
| Corredor de los franceses al Anayet |
 |
| Pala de Ip |
 |
| Punta Escarra |
Desde allí tenemos varias opciones, pero nos decantamos por seguir hacia el pico Royo y ya de paso coronar dos picos. Al principio por arista ancha vamos en subes y bajas hasta llegar a un collado.
 |
| Por la arista, al fondo en medio el Pico Royo |
 |
| Casi en el collado, donde giraremos al a izquierda |
 |
| Hacia el segundo collado antes del Pico Royo |
Desde aquí hay que tirarse a la izquierda, flanquear la ladera (esta dura como una piedra) hasta otro collado justo debajo del Pico Royo. Un pequeño ascenso con piolets y crampones que se pone un poco pino y estamos en la cima. Para bajar optamos por destrepar por otro lado y bajar por donde había menos pendiente.
 |
| Saliendo de la parte empinada, llegando al pico Royo |
 |
| Destrepillo en la bajada |
 |
| Nuestro trazo |
Una vez en el collado, solo queda bajar hasta enlazar con las pistas y hasta el parking. Nieve dura y blanda en función de la orientación.
 |
| Descenso |
Fantástico día de nieve, sol y compañía.
 |
| Las ventajas de la vida de Furgoneta son estas....menudos atardeceres...tranquilidad |
Bonita narración, Sara. Fue muy agradable compartir contigo y con Alberto este divertido corredor que al final se nos puso "picantillo". Tienes destreza y muy buena condición física y solo te pido que seas también cuidadosa y prudente pues tu optimismo juvenil, a veces, te impide percatarte del peligro.
ResponderEliminarBua me queda muchoooooo por aprender....y muchos miedos que perder!!!jeje
EliminarA ver si coincidimos en otra!!!! :)
Ya se que hace 7 años de tu publicacion. Pero yo la ge visto esta semana....
ResponderEliminarEste corredor es el Este al Culivillas.
Marchando una de vermut es un corredor mas difícil al Pico Arroyeras. Sale en la guía del Valle de Tena sobre alpinismo de roca y nieve. Coautor Julio Amesto.
Un saludo