14 de Septiembre 2014
Hoy me junto con Daniel, Rafa, Bea y Andrea. El Garmo es uno de los tres miles más accesibles y fáciles de estos valles. Nuestra intención era hacer, Garmo Negro, Algas y Argualas...pero el cielo nos hace descartar esa opción.
Mapa |
Primeras luces del día |
El día no acompaña mucho, y antes de empezar ya se teme lo peor, un frente viene justo hacia nosotros. Aun así empezamos a andar, pero no tardamos en darnos la vuelta a buen ritmo para refugiarnos en la ermita que hay nada más empezar. Ahí estamos un buen rato, viendo llover y pensando entre risas...día de perros..pero amaina un poco y seguimos el camino.
Haciendo tiempo en la ermita |
Mirando las nubes amenazantes |
Cortinas de lluvia a nuestro alrededor |
Nuestros pasos van en dirección contraria a los de la mayoría, ya que no para de darse la vuelta gente que ha madrugado bastante. Lo más lógico y coherente claro esta. Aunque mientras no veamos los relámpagos cerca no nos importa mojarnos, con lo cual seguimos. A ratos manga corta, a ratos gore encima, es un no parar de quita y pon mientras ganamos desnivel. Creo que ninguno damos un duro para llegar arriba, pero ya que estamos allí habrá que soltar las piernas.
El balneario cada vez es más pequeño |
Acercandonos al collado |
Sin darnos cuenta nos plantamos en el collado, y es ahí donde la derrota nos acecha. Empieza a granizar fuerte de cara, y nos quedamos ahí tiesos dando la espalda al granizo y pensando creo que ya es hora de bajar. Menudo frío. Andrea me abre la mochila y me saca los guantes ya que tengo las manos tan congeladas que no puedo ni abrirme la mochila. Quien diría que con el calor de estas semanas en Zaragoza iba yo a estar pasando este frío.
Pasado el collado empieza a bajar la niebla |
Para de granizar y como tontos seguimos, jaja, pero no siempre va a ser sol y calor, hay que curtir el cuerpo. Queda muy poco para la cima, y ya para rematar el final nos invade una densa niebla en los últimos escasos 100 metros. Rafa y yo nos adelantamos para entrar en calor, y perdemos al resto que se aproximan por la cresta mientras nosotros cogemos la senda. Los oímos pero no les vemos.
Llegando a la cima |
Daniel y Andrea aproximandose por la cresta |
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